Hace un tiempo que estoy experimentando y haciendo mis propios panes. Este es el primero de ellos. Es una versión bastante sencilla y básica. Cualquiera, hasta personas como yo con baja experiencia panadera, puede hacerlo y sentirse orgulloso del pan que ha hecho. Además, nos evitamos los conservantes u otras sustancias que les ponen en los comercios teniendo un rico pan muchísimo más económico.
Ingredientes
☉ Medio kilo de harina de fuerza
☉ 350ml de agua
☉ Levadura: si es fresca, 25 gramos (una pastilla)
si es de la panadera en polvo, un sobre. También
se puede añadir solamente 10g de la fresca o 4g
de la seca. Tardará más en levar.
☉ Sal al gusto (hasta 10 gramos si no queremos
que nos salga muy salado. Además, suele interferir
con la levadura por lo que es mejor no ponerlos
en la misma zona).
☉ Un chorrito de aceite.
Preparación
- Es necesario que el agua esté a temperatura
ambiente (20ºC), hará que se integren mejor los
ingredientes. Yo he preparado la masa en una
panificadora, pero se puede hacer a mano, con un
robot de cocina o amasadora.
- En el bol donde vayamos a preparar el pan,
ponemos la sal y un poco del agua. Disolvemos.
Por otro lado, hacemos lo mismo (en un pequeño
cuenco o vaso) con la levadura.
- En el bol ponemos la harina, la levadura y el
resto del agua. Amasamos enérgicamente hasta tener
una masa homogénea, húmeda y un poco pegajosa pero
sin que llegue a quedarse en las manos. Mientras
se mezcla puede parecer que le hace falta harina
pero no os dejéis engañar, al rato se mezcla bien
y vemos que no necesita más (si añadimos demasiada
el pan quedará muy denso y duro, aun así, podemos
añadir un extra de 50g). Dejamos reposar en forma
de bol hasta que duplique su tamaño (lo dejamos
tapado con un paño limpio y seco).
- En caso de no tener amasadora, pondríamos los
sólidos en un cuenco (la sal por el exterior) y
haríamos un hueco en el centro. Pondríamos la
levadura disuelta en el centro y también el agua
(aunque también se puede poner de la misma forma
que he explicado antes). Mezclamos bien bien hasta
obtener una masa homogénea. Hay que trabajar
bastante la masa para así añadir la mínima
cantidad extra de harina posible. En una masa
algo pegajosa que tenemos que trabajar de forma
envolvente, estirándola, golpeándola, doblándola…
de forma que introduzcamos aire dentro de la masa
y quede un pan esponjoso. Al ratito de amasar
tendremos una masa elástica y no pegajosa. Le
damos forma de bola y la dejamos reposar hasta
que duplique su tamaño (lo dejamos tapado con un
paño limpio y seco).
- Precalentamos el horno a 240ºC. Amasamos a mano
un par de minutos y dividimos la masa en dos. Le
damos la forma que queramos. En mi caso en forma
de hogaza, pero podemos hacerlo en forma de barra
o de rosca, es un pan muy versátil. Así mismo,
podemos humedecer la superficie y ponerle semillas
de sésamo, amapola, pipas de girasol… y tendríamos
un pan totalmente diferente.
- Dejamos que leve 5-10 minutos y lo metemos al
horno. La placa tiene que estar ya metida, para
que esté caliente. También tenemos que dejar un
recipiente de cristal o metálico donde pondremos
un poco de agua al meter el pan. De esta forma
ganará humedad y quedará más crujiente por fuera
y esponjoso por dentro. Horneamos durante unos 40
minutos.
- Por último dejamos que se enfríe en una rejilla
y ¡listo! a disfrutar de un buen pan casero… ¿a
que es fácil?