En el periplo panario de este mes, Bake The World nos traslada nada más y nada menos que a Armeria! menudo cambio después del panettone.
Pero esto es precisamente lo que me gusta de las propuestas mensuales, los retos, el hacer y descubrir cosas que nunca pensaste que ibas a probar. Luego ya saldrán más o menos bien, ese es otro cantar.
El Lavash no es otra cosa que un pan plano, de un sabor suave, parecido a las tortillas. Se puede preparar en dos versiones, una más blanda y manejable y otra crujiente y quebradiza. Yo he optado por hacer ambas. A las rellenas le hemos puesto un salteado de alcachofas con pechuga de pollo y a las crujientes semillas de sésamo y pipas. La pena es que la versión rellena (a pesar de haber amasado mucho y haber superado la prueba de la membrana) me ha quedado muy gorda porque no he sido capaz de dejarla lo fina que hubiese requerido la receta. Otra vez será.
No me enrollo más que tengo que seguir estudiando. Un besito y os dejo con la receta!
Ingredientes:
✲ 450g de harina de fuerza
✲ 4g de sal
✲ 10g de levadura fresca (disuelta en agua)
✲ 1 cucharada de azúcar
✲ 2 cucharadas de aceite suave
✲ 250ml de agua
✲ Versión crujiente: semillas de sésamo y pepitas
al gusto
Elaboración
- En un cuenco, ponemos la harina, la sal y el
azúcar. Hacemos un agujero en el centro y ponemos
el resto de ingredientes (menos las semillas).
Primero integramos los elementos líquidos y
después la harina. Cuando tengamos la masa,
pasamos a la mesa de trabajo.
- La parte del amasado es crucial. Tenemos que
amasar muy bien, durante un buen rato. Si eres
experto igual con 10 minutos te basta. Si eres
novatillo, como yo, te llevará bastante más rato.
Se supone que la masa ha de pasar la prueba de la
membrana (que sería estirar una pequeña porción de
masa con las manos lo más fina que se puede,
llegando a dejar pasar la luz por ella, es decir,
formar una membrana fina, sin que se llegue a
agujerear).
- Hacemos una bola con nuestra masa. Lo pasamos a
un bol engrasado y la movemos por él para que se
impregne bien. Dejamos reposar hasta que duplique
de volumen. El tiempo dependerá de la temperatura
y humedad del ambiente.
- Pasado este tiempo, precalentamos el horno a
180ºC. En una sartén, tostamos nuestras semillas
hasta que empiece a oler.
- Dividimos la masa. Aproximadamente con un tercio
cubrimos la placa del horno (aunque también
dependerá del tamaño de vuestro horno). Para ello,
estiramos bien la masa, con ayuda de un poco de
harina para que no se nos pegue. Lo hacemos lo más
fino que podamos. Pasamos a la placa y terminamos
de espirar (si se puede). Rociamos de agua y
ponemos las semillas y pepitas. Aplastamos un
poco para que se peguen mejor.
- Lo metemos al horno unos 15-20 minutos, hasta que
se doren un poco y queden bien crocantes.
- Para la versión enrollable, dividimos la masa en
porciones de forma que, una vez estiradas, quepan
bien en la sartén que elijamos. La sartén la
tendremos caliente sin nada de aceite. Hacemos por
ambos lados unos 2-3 minutos, según lo fino que
nos haya quedado.
¡Y listo! Podemos rellenarlo como queramos
que seguro que está buenísimo.