La Navidad está a un tiro de piedra y ya se nota en la blogosfera. Muchos blogs se llenan de recetas típicas, se engalanan y llenan el árbol de ilusiones. Pero yo aun me resisto un pelín… ¡No dejaré que me eclipse! Y es que este bizcocho muy navideño no es, pero de estas épocas sí.
Para mí, lo mejor de la llegada del frío es el momento de despertarse. Para muchos es una tortura, pero ese momento en el que abres los ojos y el mundo está frío, pero tú estás totalmente abrigado, a cobijo de la manta, es un auténtico placer. Lo malo llega justo dos segundos más tarde, cuando te das cuenta de que tienes que abandonar ese calorcito para abrazar el más duro invierno. ¡No hay consuelo que valga en ese momento!
Y con el frío, vienen las naranjas. Es verdad que tenemos durante muchos meses (esas cámaras frigoríficas…), pero es este momento en el cual empezamos a tener las mejores naranjas (y mejor de precio).
Y con las naranjas, el zumo de naranja. Me encanta. Si queréis despertarme a deshora, hacedlo con un zumo de naranja, es la única manera para que no me enfade. Y es que me encanta cuando hay naranjas en casa y mi madre me despierta con un buen vaso recién exprimido.
Pero si no tenéis la misma suerte que yo u os da pereza exprimir naranjas mientras os intentáis mantener despiertos os animo a probar este riquísimo bizcocho. El mejor, sin duda, de los que he preparado hasta ahora, por su sabor a naranja (suave pero presente), su textura húmeda en su justa medida y su ligero colorido anaranjado con puntitos naranjas. Sin duda hará las delicias de los amantes de este cítrico.
Ingredientes
- 3 huevos
- 260g de azúcar: esta cantidad podemos variarla
según la dulzura de la naranja y el gusto personal
- Una naranja entera: de piel fina. Si tiene la
piel muy gorda, la parte blanca será más abundante
por lo que nos amargará el bizcocho. La solución
en este caso es usar un pela papas o similar para
pelar solamente la parte naranja de la piel
separándola de la blanca. Luego quitamos la parte
blanca, que desechamos, de la pulpa.
- Un yogur blanco: yo siempre uso yogures de
tarrina de cristal porque tiene una textura más
cremosa que la versión que viene en tarrina de
papel y el resultado me parece mejor, pero este
es un gusto personal.
- 80ml de aceite de girasol: o en su defecto un
AOVE de sabor suave para que no aporte gusto al
bizcocho.
- 300g de harina
- 1 sobre de levadura
- 1/4 cucharadita de sal
Elaboración
1. Precalentamos el horno a 180ºC.
2. Por un lado, hacemos un puré con la naranja
troceada, el yogur y el aceite. Insistimos bien
para que se haga lo más fino posible.
3. Por otro, ponemos en un cuenco los huevos con
el azúcar y la sal y batimos bien, unos 3-4
minutos, hasta que aumente de volumen y blanquee.
Obtendrá un aspecto ligeramente esponjoso.
Incorporamos el puré y mezclamos con una espátula
hasta incorporarlo. Ponemos la harina con la
levadura tamizadas y volvemos a mezclar con la
ayuda de la espátula hasta obtener una mezcla
homogénea.
4. Lo vertemos en un molde a nuestra elección y al
horno. A mí me ha tardado unos 40 minutos en
estar listo pero como ya os digo muchas veces
eso depende del propio horno y el molde elegidos
así que estad atentos :)
¡Y listo! hacedlo porque seguro que quedáis
encantados con el resultado.