Llevo unos días con mucho lío, es un no parar. Tanto que no me da tiempo a visitar otros blogs. Y no parece que vaya a mejorar teniendo tan cerca los exámenes.
Pero intento sacar un ratito para publicar alguna cosa. Si el otro día fue el bizcocho de naranja, esta vez es de mandarina. No sabría decir cual me gusta más. Cada una tiene su punto a favor. En este caso me gusta más separar las mandarinas y quitar la parte blanca ya que se nota más el amargor que en las naranjas y no queda tan bien. Aún así se puede preparar enteras sin problemas y queda rico igualmente.
Ingredientes
- 4 mandarinas
- 80ml de aceite
- 2 huevos
- 250g de azúcar
- 300g de harina de trigo
- 1,5 cucharaditas de levadura
Elaboración
1. Precalentamos el horno a 180ºC.
2. Quitamos la cáscara de la mandarina, cogiendo
únicamente la parte naranja y desechando la
blanca. La trituramos junto al aceite hasta hacer
un puré.
3. En un bol, batimos los huevos un rato. Añadimos
el azúcar y dejamos que coja cuerpo y esponje.
Añadimos el puré y seguimos batiendo. Por último
ponemos la harina de trigo y la levadura tamizadas
e integramos bien.
4. Vertemos en el molde que prefiramos que, si es
necesario, estará previamente encerado o engrasado
Dejamos en el horno hasta que, al pincharlo con un
palo de madera, este salga limpio.
5. Glaseado: de manera opcional, podemos hacer un
glaseado simple de la siguiente manera. Según el
tamaño, hacemos zumo de una o dos mandarinas. En
un bol, ponemos 80-100 g de azúcar impalpable y le
vamos añadiendo el zumo hasta que tengamos un
líquido con consistencia (no hace falta usar todo
el zumo, puede que sobre). Disolvemos bien el
azúcar, para que no queden bolitas. Lo ponemos
por encima del bizcocho. Le dará humedad, sabor y
brillo.
¡Y listo! Siento que haya sido tan corto pero no
tengo tiempo para nada!