Arroz… ¿y nada? ¿qué es esto, arroz hervido? Nada más lejos de la realidad. El nombre de este plato engaña. Aunque si lo comparamos con otros platos valencianos como el arroz al horno, la paella valenciana o la de marisco, este es mucho más simple.En este país, por desgracia, se han pasado momentos de gran miseria donde era todo un lujo poder acceder a alimentos que consideramos básicos a día de hoy, por lo que se cocinaba con lo que había o conseguías. Este plato surge así, de la necesidad de llevarse algo rico a la boca cuando hay poco con qué hacerlo.
La elaboración es en una cazuela de barro y el resultado es un arroz entre meloso y seco gracias a la cebolla. Disculpadme de antemano porque no haya procesos de la elaboración, pero me quedé sin batería antes de empezar así que lo tuve que poner a cargar para poder enseñaros el resultado final.
Ingredientes (4 personas)
- Arroz
- 3 cebollas tiernas (se puede usar de las
normales)
- 2 patatas
- 1 tomate medio pelado (se puede dejar sin pelar,
pero así queda más suave el resultado)
- 2 dientes de ajo
- Mollitas de bacalao desaladas (y si ya son
frescas mucho mejor. Esta es una de las claves de
este arroz. Si las mollitas son de mala calidad
el plato perderá mucho).
- Agua (la receta original es con agua, pero el
plato ganará en sabor si usamos un caldo, por
ejemplo de pescado)
- Aceite de oliva
- Sal al gusto (hay que tener en cuenta que el
bacalao de por sí está salado, por lo que no
habrá que echarle mucha sal)
- Opcional: garbanzos cocidos
Elaboración
- El día de antes, comenzamos la desalación del
bacalao. Normalmente basta con sumergirlos en agua
fría durante 24 horas. Hay que cambiar el agua
cada 8 y conservarlo en la nevera.
- Cortamos tanto la cebolla como los ajos en
láminas. Ponemos la cazuela de barro al fuego con
un chorro de aceite e incorporamos lo cortado.
Dejamos que se haga lentamente.
- Por otro lado, freímos las patatas, que
previamente habremos pelado y cortado en láminas
gruesas, en abundante aceite. No han de dorarse
mucho.
- En la cazuela, cuando la cebolla prácticamente
esté, incorporamos el tomate cortado en pequeñas
porciones y dejamos que se cocine. También podemos
añadir pimiento. Yo personalmente no le pongo
porque la gracia de este arroz es su aparente
simplicidad de colores (el tomate se consume
bastante por lo que no destaca) que mataría el
pimiento.
- Una vez caramelizado el tomate (todo eso a fuego
lento), incorporamos el arroz (la cantidad
dependerá de las personas que vayan a comer) y lo
rehogamos durante un par de minutos sin dejar de
moverlo.
- A continuación, ponemos el agua (2-2,5 medidas
por cada una de arroz, según si te gusta más seco
o caldosito) y dejamos que hierva lentamente. Si
el fuego va muy fuerte se consumirá el agua sin
haber cocinado el arroz. Cuando lleve 10 minutos,
incorporamos el bacalao y las patatas y dejamos
que siga. A los 20 minutos de haber empezado
ponemos el fuego al mínimo hasta que se termine
de hacer.
- Reposamos unos minutos y ¡a servir!