El último helado de esta temporada nos lleva a Asia, concretamente Japón. Es un helado diferente al resto que he traído. Tiene un sabor que nada tiene que ver con los convencionales de chocolate o vainilla. Tiene un color negro/grisáceo muy llamativo y un sabor refrescante, resultando un helado poco pesado y nada empalagoso.
Quizá no se note mucho porque no he compartido ninguna receta de esa región, pero soy una apasionada de Japón y casi todo lo que tiene que ver con el país. Tanto que fui hace unos años al país del sol naciente (¡y deseo volver pronto!). Y como no, además de su cultura, me gusta mucho su comida. Tengo varios libros de comida japonesa de todo tipo, hago un montón de recetas de allí, entre ellas, como no, mil tipos de sushi jajaja.
He querido empezar compartiendo con vosotros esta, un helado de sésamo negro. Siempre que voy a un restaurante japonés lo pido, me gusta mucho más que el de té verde. Es que el sésamo me encanta, su sabor me resulta irresistible, tanto que muchas veces elijo el helado de sésamo antes del de chocolate y ya sabéis que a mí me encanta el chocolate.
Este helado es para la gente que quiere algo nuevo y diferente. Si os gusta el de chocolate y pocas variantes más os gustan, no os lo recomiendo porque no tiene nada que ver. Pero estar está muy rico y desde luego es muy original 😛
Ingredientes
♡ 500ml de nata para montar
♡ 500ml de leche
♡ 50g de sésamo negro
♡ 120g de azúcar
♡ 4 yemas
Elaboración
- Empezaremos poniendo al fuego la nata, la leche,
el sésamo y una pequeña parte del azúcar. Dejamos
infusionar a fuego lento para que el sésamo
desprenda todo su sabor y aroma. Hay que tener
cuidado, pues la leche puede crecer y manchar toda
la cocina.
- Una vez que adquiera un tono gris oscuro,
batimos las yemas con el resto del azúcar y le
añadimos (sin dejar de batir) un poco de la mezcla
de sésamo. De esta forma no cuajarán las yemas.
- Mezclamos ambas cremas en el cazo y ponemos al
fuego sin dejar de remover hasta que hierva.
- Apartamos del fuego, colamos la mezcla y dejamos
enfriar. Debe estar bien fría. Yo la dejé toda la
noche en la nevera.
- Preparamos nuestra heladera y seguimos las
indicaciones del fabricante. Yo apagué la máquina
cuando ya tuve consistencia de helado suave.
- Retiramos y guardamos en un recipiente con tapa
apto para el congelador.
¡Y listo! espero que os hayan gustado los helados
que hemos hecho en Agosto. Ahora en Septiembre
volvemos a la normalidad, a las clases o el
trabajo y volverá a haber más variedad y recetas.