Sí, yo por aquí. Sé que normalmente publico por la tarde, sobre las 8 (no sé si os habíais dado cuenta), pero he decidido probar una temporada por las mañanas a ver qué tal. Eso sí, dejándola programada.
Pero no os asustéis, no tienen que hacerme ninguna prueba de nada. ¡Ni tampoco busco ligue! jajaja Estoy de prácticas y, aunque las de este lunes y martes han sido muy buenas, con unos doctores encantadores que se desviven por explicarte, ya me han avisado que las que me tocan tanto el miércoles como el jueves son de las de buscarte la vida. Y si tienes suerte, suena la campana y alguien te hace caso… ¡hay que aprovecharlo!
En fin, vamos al bizcocho que es lo que interesa, ¿no? La receta la he hecho a partir de una receta de cupcakes que me encanta, mi favoritísima, modificando el procedimiento. Queda una masa muy cremosa y luego una miga prieta pero para nada seca. En fin, una maravilla… ¡y tan versátil que la he preparado de varios sabores! la semana pasada preparé unos cupcakes de limón a partir de esa receta y cambiando unas cosas y les gustó tanto a mis primos uno de ellos hasta se puso a llorar porque quería el último! la pena es que no les hice fotos! así que no puedo enseñar la receta. Pero, con lo buenos que estaban, en un tiempo la veréis 😉
Precalentamos el horno a 200-200ºC, con calor arriba y abajo sin ventilador.
Al baño María, disolvemos el chocolate con leche (o el que prefiramos) en la mantequilla. Cuando esté listo retiramos del fuego y añadimos el azúcar. Mezclamos y, sin parar de mover, añadimos las yemas una a una.
Tamizamos conjuntamente los ingredientes sólidos. Echamos la mitad a la mantequilla y mezclamos bien. En este momento ponemos la leche y, cuando esté bien integrada, ponemos el resto de la mezcla de sólidos.
Por otro lado, montamos bien las claras y las añadimos a la masa en dos tandas, con movimientos envolventes.
Ponemos en un molde engrasado, yo usé uno de 22cm. Horneamos hasta que esté hecho (al pincharlo con un palillo, no sale masa cruda). Dejamos enfriar un ratito y desmoldamos.
¡Y listo! queda una miga prieta por lo que, si la nivelamos, podemos cubrirla y usarla para cubrir de fondant.