Mermelada de manzana y canela

Si el otro día hicimos mermelada de fresa, esta vez le toca a otra fruta de la cual podemos disponer todo el año en nuestra frutería, la manzana. Hay mucha variedad de manzanas y podemos usar la que más nos guste teniendo en cuenta que si es más ácida necesitará más azúcar que si es más dulce.

Realmente la manzana no es “la fruta prohibida” que Eva dio a Adán y que no nos apartó del Paraíso a toda la Humanidad. Por un error de traducción de un pasaje bíblico se tradujo malus-malum (mal o fruto) por manzana. Desde entonces, se hace referencia a este inocente fruto. Es más, para los judíos es un higo, para los ortodoxos una naranja, para los protestantes miel y para los musulmanes un vaso de vino.

Ingredientes

- 1,5kg de manzana
- Medio kilo de azúcar: 350g de azúcar blanco y
 150g de azúcar moreno (esto va al gusto)
- 150ml de agua (por cada kilo de manzanas, 100ml
 de agua)
- Jugo de limón
- Una rama de canela (o sino una cucharadita de
 canela en polvo)
- Un chorrito de esencia de vainilla líquida
 Preparación

- ¡Manos a la obra! Cogemos nuestras manzanas, las
 limpiamos, las pelamos, troceamos en taquitos y
 las ponemos en la olla junto con el resto de
 ingredientes. Esto debe de ser rápido para evitar
 que la manzana se oxide. Lo que podemos hacer es,
 previamente en la olla, poner el agua y el jugo
 de limón. De esta forma, conforme cortemos la
 manzana, la vamos poniendo y evitamos que se oxide

- Cuando ya tengamos esto hecho, encendemos el
 fuego. Dejamos que vaya haciéndose a fuego lento.
 Una sugerencia: tened a mano una espumadera e ir
 quitando la espuma que pueda aparecer. Así
 quedará una mermelada más bonita sin
 imperfecciones.

- Además, en el tiempo que se está haciendo,
 debemos moverla para que no se pegue y todo se
 integre bien. Tarda en hacerse entre una hora u
 hora y media dependiendo de la cantidad de manzana
 la olla, el fuego, la consistencia deseada… a mí
 me gusta espeso. Quitamos la rama de canela.

- Como los trozos son grandes, pasamos la batidora
 hasta conseguir la textura deseada. Esterilizamos
 unos botes de cristal y lo guardamos en caliente.
 ¡Listo!

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